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El rol del microbioma en la salud ocular

La microbiota es el conjunto de microorganismos (bacterias, hongos, virus, etc..) que habitan en diferentes partes de nuestro cuerpo. Viven mayoritariamente en el intestino (entre 500-1.000 especies diferentes) pero también en la piel, la vagina o la boca, generando un ecosistema llamado microbioma. Hasta hace unos años se creía que estos pequeños inquilinos que conviven con nosotros pertenecían al reino vegetal y por eso, durando casi un siglo, nos referimos a ellos como flora intestinal.

Los bebés empiezan a impregnarse de esta microbiota ya dentro del útero materno1. Diferentes especies colonizarán su cuerpo al nacer e iniciar la lactancia. A medida que el niño inicie la alimentación, caiga enfermo, tome antibióticos o cambie el lugar de residencia, estos microorganismos variarán en cantidad y diversidad. Y así, a lo largo de la vida, irán modificando la composición de su microbioma2.

Cada individuo acoge un microbioma único y fundamental para la vida, que tendrá -en combinación con su genética- un rol clave tanto en la salud como en la enfermedad.

El microbioma participa en procesos como la digestión, la producción de vitaminas, la regulación de estados inflamatorios y la diferenciación entre microorganismos patógenos y no patógenos. El sistema inmunitario y el microbioma mantienen un diálogo constante, pero, cuando esta relación se desequilibra, se pueden iniciar procesos patológicos.

La predisposición genética es la probabilidad de desarrollar una determinada enfermedad en base a la codificación genética de una persona. Esta información con la que nacemos contribuye al desarrollo de una enfermedad, pero no la causa directamente. Así pues, un microbioma dañado por factores como la mala alimentación, la toma incontrolada de antibióticos, el tabaco o el estrés, es incapaz de impedir a los individuos genéticamente predispuestos a que desarrollen ciertas enfermedades4. Del mismo modo, sabiendo que el microbioma es potencialmente modificable, cambios en el estilo de vida pueden reducir el riesgo a sufrir enfermedades en personas con cierta predisposición genética3.

Actualmente, se conoce la relación de la microbiota intestinal en enfermedades neurodegenerativas como Parkinson o Alzheimer, en trastornos del neurodesarrollo como el trastorno del espectro autista (TEA)5 o en síndromes metabólicos como la diabetes tipo II. De hecho, la modificación de la microbiota intestinal a través de la dieta se puede considerar uno de los objetivos para los síndromes metabólicos (obesidad, diabetes tipo II…).

Estudios recientes sugieren que el microbioma también puede tener un papel importante en enfermedades oculares como la uveítis6 o la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) exudativa7. Lo que todavía se tiene que demostrar en muchos casos es si, los cambios observados en la microbiota, son la causa o la consecuencia de la enfermedad.

Hace falta, pues, seguir investigando para poder entender cuál es el rol del microbioma en enfermedades como la DMAE tanto para comprender el mecanismo de acción de ésta como para prevenir o personalizar los tratamientos. La Barcelona Macula Foundation, en estrecha colaboración con el Institut de la Màcula y el Centre de Regulació Genòmica, han diseñado un estudio para estudiar las diferencias entre el microbioma de los pacientes con DMAE y los sujetos sanos y así continuar aportando conocimiento en este campo.

Hoy se celebra el Día Mundial del Microbioma, una iniciativa del APC Microbiome Ireland #WorldMicrobiomeDay que tiene como objetivo concienciar la población del importante papel que jugar este ecosistema a la salud. La Barcelona Macula Foundation subscribe también este propósito.

REFERENCIAS

  1. Collado, M. C. et al. Human gut colonisation may be initiated in utero by distinct microbial communities in the placenta and amniotic fluid. Sci. Rep. 6, 23129 (2016).
  2. Stewart, C. J. et al. Temporal development of the gut microbiome in early childhood from the TEDDY study. Nature 562, 583–588 (2018).
  3. U.S. National Library of Medicine. Mutations and Health. Help Me Understand Genet. (2016).
  4. Blum, H. E. The human microbiome. Adv. Med. Sci. 62, 414–420 (2017).
  5. Shivani Ghaisas et al. Gut microbiome in health and disease: linking the microbiome- gut-brain axis and environmental factors in the pathogenesis of systemic and neurodegenerative diseases. Pharmacol. Ther. 158, 52–62 (2016).
  6. Peña, M. et al. Focos sépticos bucales en pacientes con uveítis. MEDISAN 16, 1852–1860 (2012).
  7. Zinkernagel, M. S. et al. Association of the intestinal microbiome with the development of neovascular age-related macular degeneration. Sci. Rep. 7, 1–9 (2017).

Autora: Míriam Garcia, miembro de l’equipo de investigación de la BMF

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